sábado, 15 de febrero de 2014

La lucha en Venezuela.


Nuestros hermanos en Venezuela necesitan ayuda. Difundan lo que está sucediendo.

El despertar de Venezuela

                                                                                                               por Eugenio Gómez-Chico B.

Escribo hoy con preocupación al ver el sufrimiento de mis amigos venezolanos ante los excesos del totalitarismo de Nicolás Maduro. El 12 de febrero debía ser el Día de la Juventud en Venezuela, y se convirtió en un día más de excesos del oficialismo, día en que dos estudiantes murieron en manos de las Fuerzas Militares Bolivarianas. 

El gobierno privó de la libertad a estudiantes que se manifestaban de forma pacífica ante la inseguridad, y empleó sus herramientas pseudo-democráticas para pasar sobre la libertad de expresión de estos ciudadanos. La respuesta de los jóvenes fue valiente y admirable, se organizaron para marchar exigiendo la liberación de estos estudiantes. ¿Cuál fe la respuesta del gobierno? Lanzar sus cuerpos militares a desarmar las manifestaciones que se llevaban a cabo de forma pacífica en varias ciudades de Venezuela. Fue así como perdieron la vida estos dos jóvenes, cuyo pecado fue defender su libertad.

A varios días de comenzada la lucha, la situación no parece mejorar. Las fuerzas políticas de la región apoyan al oficialismo con declaraciones sobre los “revoltosos estudiantes” y la “presencia del imperio detrás de las manifestaciones.” Otros tantos prefieren mantenerse callados, indiferentes ante los gritos de auxilio del pueblo venezolano.

Foto de Gabriel Salas, estudiante venezolano.

Parece que a Venezuela le está llegando su momento, le está llegando su primavera, en que por fin la gente se unirá en contra de las arbitrariedades de un gobierno que, si bien supo llegar al poder por la vía democrática en 1999, deja muchas dudas en cuanto a sus ininterrumpidos “triunfos en beneficio del pueblo.” 

El inmaduro heredero del régimen oficialista ha tenido problemas desde el inicio. La economía no va como quisiera, y las acciones tele-dirigidas desde Cuba parecen no ser suficientes para mantener la población a raya. La liga está llegando a su límite de tensión, y el pueblo está dispuesto a romperla. No me extraña que sean los jóvenes, la conciencia de toda sociedad, quienes se estén poniendo de pie ante un sistema injusto, sangriento y totalitario. 

Pero los medios están tomados, censurados, compelidos a lanzar imágenes al país y al mundo de grandes desfiles del presidente Maduro celebrando lo primero que se le viene en gana, lanzando el mensaje de que las protestas lo tienen sin cuidado, a su vez que mantiene a la población sin posibilidad de comunicación e información vital para organizarse. Es ahí donde entramos nosotros, los activistas de la Libertad alrededor del mundo, para ayudar a difundir lo que en realidad sucede dentro de las fronteras de Venezuela. Está en nuestras manos presionar a la comunidad internacional para pronunciarse en contra de estas arbitrariedades y actos de represión. 

Escribo esto no solo para mostrar nuestra solidaridad en Más Por Libertad con el pueblo venezolano, sino para pedirte a ti lector que desde tu trinchera hagas lo propio. Si la sociedad dejamos pasar desapercibidos este tipo de actos, el día de mañana que sean nuestras libertades las que estén en juego será demasiado tarde para levantar la voz. La defensa de la Libertad está en mis manos, ¿y en las tuyas?




viernes, 14 de febrero de 2014

Venezuela: Se cae de Maduro que el pueblo reclama libertad

                                                                                                                            por Eneas A. Biglione

El pasado 12 de Febrero la sociedad civil venezolana, haciendo gala de una importante madurez cívica, salió decidida a las calles de su país a demostrar que las cosas ya no pueden continuar así, que las políticas intervencionistas y abusivas impuestas por el actual régimen – electo en condiciones particularmente cuestionables y teledirigido desde La Habana – han hecho que el día a día se torne insostenible. El pueblo venezolano, auto-convocado desde las redes sociales, muy pese al fuerte bloqueo de páginas web y las medidas extremas de censura de prensa, se hartó de la impunidad, de la corrupción, de la represión, de la inseguridad rampante, de la violación flagrante y cotidiana de sus derechos humanos, de la destrucción de la divisa nacional, del saqueo a las empresas públicas y del desabastecimiento, entre muchos otros abusos y trabas al desarrollo y la convivencia pacífica.


La fachada democrática del régimen no tardó en terminar de caerse, llamando de inmediato a la brutal represión generalizada por medio de la violencia a través de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), el SEBIN y los grupos armados no oficiales que, desde su creación, se dedican a derramar sangre y cometer delitos en las calles con total impunidad. El resultado fueron cientos de encarcelados, tres muertos y un número importante de heridos pertenecientes al valiente movimiento estudiantil en particular y al pueblo venezolano en general. La tolerancia, el diálogo y las libertades individuales fueron pisoteadas una vez más por un régimen que parece dispuesto a aferrarse con uñas y dientes al poder y al costo que sea.

La importancia del tema no es menor. Desde que Hugo Chávez fue electo en 1998, el régimen venezolano ha venido ejerciendo una perversa influencia sobre sus países satélites del socialismo del siglo XXI en el continente americano y ha venido estableciendo alianzas con países de otros continentes cuyo accionar amenaza la integridad futura del mundo occidental. En resumidas cuentas, desde HACER manifestamos total solidaridad con el pueblo de Venezuela, esperando que a la mayor brevedad posible logre reencausar sus esfuerzos hacia un modelo de país verdaderamente efectivo, libre, democrático y sostenible en el tiempo. Del desafío que los venezolanos enfrentan hoy, la lección que rescatamos para toda América Latina está muy clara: un pueblo habla, grita y reforma aquello que está mal. En el proceso, sus cuerpos podrán ser heridos o encarcelados, pero sus almas… jamás podrán serlo.

* Eneas A. Biglione es Director Ejecutivo de la Fundación HACER: www.hacer.org

Fuente: HACER