viernes, 31 de mayo de 2013
miércoles, 29 de mayo de 2013
Bitcoin: ¿Acaso es delito?
por Eugenio Gómez Chico B
Mucho se ha escuchado últimamente
sobre la subida y caída de precios de una moneda no centralizada llamada
Bitcoin. Los cambios en su valor obedecen a distintos factores: especulación,
familiarización de la gente con la moneda, expansión de entidades aceptantes,
etc. Poco a poco Bitcoin se va volviendo una realidad del nuevo milenio en la
esfera financiera.
Pero la idea de una moneda no
controlada por el Estado no es algo nuevo. Digamos que el hecho de que tu
dinero deje de valer de un día a otro por decreto ejecutivo no es algo que le
gusta mucho a la gente. Así, por una u otra razón han surgido iniciativas de
monedas acuñadas por entidades privadas que buscan facilitar el comercio y
dejar de depender para su valor en un ente todopoderoso llamado el Estado. Hoy
Bitcoin es la moneda de este tipo que más inercia tiene, sin embargo existen
miles otras, algunas muy locales y otras no tanto. Ithaca Hours, Phoenix
Dollars y Digital Gold Currency (DGC) son solo algunos ejemplos, y ante ellos
¿cómo reacciona el Estado?
Bernard Von Nothaus se despertó
hace casi cuarenta años con la noticia de que Nixon había dado por terminado el
sistema Bretton-Woods, y suspendió la convertibilidad del dólar en oro. Como a
muchos, para Bernard este acto unilateral le pareció una vil confiscación de la
capacidad de compra del individuo. Muchos se quedaron de brazos cruzados, él
decidió actuar.
Von Nothaus decidió fundar la Organización
Nacional para la Abolición de la Ley de Reserva Federal y la Ley Fiscal
(NORFED) y en 1998 esta organización sacó al mercado una moneda
descentralizada, los Liberty Dollars. Al inicio, esta moneda no era más que
recibos por una cantidad de plata almacenada. En realidad, eran muy pocos
quienes usaban estos recibos como circulante para pagar en transacciones.
Siendo así, al gobierno no le quitaba el sueño lo que hacían estos locos. Pero
los Liberty Dollars evolucionaron.
NORFED decidió comenzar a
circular la plata que tenía en forma de monedas y emitió paralelamente billetes
para facilitar las transacciones y aumentar el alcance de la moneda. En estos
años, la Fed se dedicó a hacer lo que consideró conveniente, y el dólar americano
comenzó a perder valor. Fue así como la popularidad de los Liberty Dollars
despegó, pero no tardó mucho para que el gobierno parara el problema
enarbolando el argumento que lo que hacía NORFED era falsificación. (En lo
personal, no sé quién se confundiría entre los billetes verdes de la Fed y la
colorida variedad de los Liberty Dollars, pero eso no es asunto que nos
concierna ahora)
El FBI decomisó más de doscientos
kilos de plata y toneladas de moneda, a la vez que comenzó un proceso en contra
de Von Nothaus y compañía que tras cuatro años se ha convertido en condena. Bernard
pasará veinticinco años en la cárcel, condenado como “terrorista local,” por
haber querido hacerle competencia “en el país de la Libertad” al principal
monopolio estatal, la acuñación del instrumento por el que se mide el valor de
todo.
Ahora es Bitcoin quien está en la
mira. Les doy la razón, ya comenzó a cobrar fama, más de la que pueden
controlar. Si bien Mt. Gox, el principal bróker de Bitcoins con base en Japón,
está “un poquito” fuera de la jurisdicción de EUA, lo cierto que ya comenzaron
a limitar sus operaciones al prohibir a plataformas como Dwolla toda
transacción con Mt. Gox.
Volvemos a la pregunta: ¿acaso es
delito acuñar moneda de forma paralela al gobierno? La respuesta hoy, nos guste
o no, es que sí es un delito según las leyes (protectoras del monopolio
estatal) en la mayoría de los países del mundo. Que esto deba cambiar opino que
sí; que lo vaya a hacer pronto… es otra historia.
¡Ya veremos qué pasa con Bitcoin!
jueves, 9 de mayo de 2013
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