miércoles, 29 de mayo de 2013

Bitcoin: ¿Acaso es delito?

por Eugenio Gómez Chico B
Mucho se ha escuchado últimamente sobre la subida y caída de precios de una moneda no centralizada llamada Bitcoin. Los cambios en su valor obedecen a distintos factores: especulación, familiarización de la gente con la moneda, expansión de entidades aceptantes, etc. Poco a poco Bitcoin se va volviendo una realidad del nuevo milenio en la esfera financiera.
Pero la idea de una moneda no controlada por el Estado no es algo nuevo. Digamos que el hecho de que tu dinero deje de valer de un día a otro por decreto ejecutivo no es algo que le gusta mucho a la gente. Así, por una u otra razón han surgido iniciativas de monedas acuñadas por entidades privadas que buscan facilitar el comercio y dejar de depender para su valor en un ente todopoderoso llamado el Estado. Hoy Bitcoin es la moneda de este tipo que más inercia tiene, sin embargo existen miles otras, algunas muy locales y otras no tanto. Ithaca Hours, Phoenix Dollars y Digital Gold Currency (DGC) son solo algunos ejemplos, y ante ellos ¿cómo reacciona el Estado?
Bernard Von Nothaus se despertó hace casi cuarenta años con la noticia de que Nixon había dado por terminado el sistema Bretton-Woods, y suspendió la convertibilidad del dólar en oro. Como a muchos, para Bernard este acto unilateral le pareció una vil confiscación de la capacidad de compra del individuo. Muchos se quedaron de brazos cruzados, él decidió actuar.
Von Nothaus decidió fundar la Organización Nacional para la Abolición de la Ley de Reserva Federal y la Ley Fiscal (NORFED) y en 1998 esta organización sacó al mercado una moneda descentralizada, los Liberty Dollars. Al inicio, esta moneda no era más que recibos por una cantidad de plata almacenada. En realidad, eran muy pocos quienes usaban estos recibos como circulante para pagar en transacciones. Siendo así, al gobierno no le quitaba el sueño lo que hacían estos locos. Pero los Liberty Dollars evolucionaron.
NORFED decidió comenzar a circular la plata que tenía en forma de monedas y emitió paralelamente billetes para facilitar las transacciones y aumentar el alcance de la moneda. En estos años, la Fed se dedicó a hacer lo que consideró conveniente, y el dólar americano comenzó a perder valor. Fue así como la popularidad de los Liberty Dollars despegó, pero no tardó mucho para que el gobierno parara el problema enarbolando el argumento que lo que hacía NORFED era falsificación. (En lo personal, no sé quién se confundiría entre los billetes verdes de la Fed y la colorida variedad de los Liberty Dollars, pero eso no es asunto que nos concierna ahora)
El FBI decomisó más de doscientos kilos de plata y toneladas de moneda, a la vez que comenzó un proceso en contra de Von Nothaus y compañía que tras cuatro años se ha convertido en condena. Bernard pasará veinticinco años en la cárcel, condenado como “terrorista local,” por haber querido hacerle competencia “en el país de la Libertad” al principal monopolio estatal, la acuñación del instrumento por el que se mide el valor de todo.
Ahora es Bitcoin quien está en la mira. Les doy la razón, ya comenzó a cobrar fama, más de la que pueden controlar. Si bien Mt. Gox, el principal bróker de Bitcoins con base en Japón, está “un poquito” fuera de la jurisdicción de EUA, lo cierto que ya comenzaron a limitar sus operaciones al prohibir a plataformas como Dwolla toda transacción con Mt. Gox.
Volvemos a la pregunta: ¿acaso es delito acuñar moneda de forma paralela al gobierno? La respuesta hoy, nos guste o no, es que sí es un delito según las leyes (protectoras del monopolio estatal) en la mayoría de los países del mundo. Que esto deba cambiar opino que sí; que lo vaya a hacer pronto… es otra historia.
¡Ya veremos qué pasa con Bitcoin!

jueves, 9 de mayo de 2013

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